El mar me habló de su grandeza, de su fuerza y de su inmensidad...Yo le hablé de Honduras, de su Pueblo y de sus Instituciones y se sintió pequeño...

(Parafraso del Poema de Jorge Sarabia)


lunes, 16 de febrero de 2009

Dramático relato de sobreviviente de los Zetas

Tegucigalpa,

Honduras

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Ayer era su sueño dorado. Hoy es una pesadilla que no lo deja dormir.

En sus ojos llorosos, en su piel engrifada y en su mente conmocionada retumba la voz de quienes durante 10 días lo mantuvieron en cautiverio.

EL HERALDO relata en exclusiva el testimonio de “Juan” un hondureño que vivió en carne propia el secuestro por parte del grupo Zeta.

¿Cuándo decidió emprender la odisea hacia Estados Unidos?

Yo viví seis años en Estados Unidos y me agarró la migra, me tuvieron preso más de dos meses, entonces me deportaron.

¿Cómo lo detienen los policías de Migración?

Yo andaba con mi hijo en la calle entonces nos pidieron papeles y no andábamos.

¿Qué paso después?

Yo le dije que no me podían llevar y dejar a mi hijo solo y ellos me preguntaron que si tenía a alguien que se pudiera encargar de mi hijo y lo fuimos a dejar donde un familiar con el que ahora vive.

¿Por qué decide regresar allá?

Vine acá (a Honduras) y miré la crisis, además por mi edad ya no me dan trabajo y allá vive mi hijo de catorce años y yo quería regresar para estar con él.

¿Cuándo comienza su viaje de regreso al país del norte?

Yo me fui un 14 de diciembre y llegué a la frontera de Reinosa (México) el 23, caminamos con las otras personas que íbamos y llegamos a otro pueblo llamado Macali, allí nos encontramos a unos “coyotes”.

¿Qué les dijeron los “coyotes”?

Que teníamos que pagar una cuota por haber pasado nosotros solos sin la ayuda de un “coyote”, de allá nos regresaron para Reinosa.

¿Qué hicieron ustedes cuando los regresaron?

Nos montamos al tren y llegamos a Casacualco.

Y luego, ¿dónde fueron?

Los secuestradores nos bajaron a todos y nos subieron a unos camiones y nos llevaron a una casa a Casacualco.

¿Qué pasó estando ahí?

Nos llevaron a una casa residencial y nos comenzaron a decir que les diéramos números de teléfonos de nuestros familiares.

¿Para qué querían los números telefónicos?

Para llamar y comenzar a extorsionarlos para pedir dinero a cambio de llevarnos a Estados Unidos.

¿Cuánto pagó su familia?

Pagaron mil 500 dólares (cerca de 9,500 lempiras).

¿A todas las familias de personas secuestradas les piden la misma cantidad?

No, habían otros que ya habían pagado más, un costarricense pago 4,000 mil dólares, también estaban unos brasileños que ya tenían cuatro meses de tenerlos y ya habían pagado 21 mil dólares.

¿De qué otras nacionalidades habían personas en ese lugar?

De Nicaragua, Guatemala, Colombia, Brasil, Costa Rica.

¿A todos los secuestrados los tenían en la misma casa?

No, no había espacio.

Entonces, ¿qué pasaba con ellos, dónde los tenían?

Los mandaban a otras casas de otros estados que tuvieran espacio para tenerlos.

Ya una vez estando en la casa, ¿cómo era el trato de los secuestradores?

Bueno, le piden a uno una prima de quinientos dólares para mandarlos a uno a Houston, pero nunca sucede.

¿Les dan comida?

Nos daban un tiempo al día y solo comíamos arroz y frijoles todos los días.

¿Cómo es la casa en donde los tuvieron?

Tiene varios cuartos y en uno tienen por lo menos a cien personas.

¿Qué hay en los otros cuartos?

Es que cuando uno paga la prima lo cambian de cuarto.

¿Qué pasa en ese otro cuarto?

Llaman a la familia y le dicen que uno ya está en Houston y uno no puede decir nada porque le tienen puesta una pistola en el pecho.

¿Qué pasa si alguien le dice a su familia que no mande dinero porque les están mintiendo?

Yo vi a personas que hasta les sacaron las uñas de los pies por haber hecho eso.

¿Le dijo usted alguna vez a su familia que no mandara dinero?

Una vez yo les dije que no mandaran más de mil y me pegaron en la espalda con una tabla (muestra las marcas de los golpes que recibió).

¿Pero el número telefónico es de México?

Ellos tienen una línea de Estados Unidos, pero uno está en Casacualco (México) a saber cómo lo hacen pero así lo hacen, entonces la familia piensa que es cierto que uno ya esta allá.

¿Qué le dicen a su familia en esa llamada?

Que tienen que mandar más dinero porque ya estoy en Estados Unidos y es mentira.

¿Cuánto más mandó su familia?

Mandaron mil dólares aparte de los 500 que ya habían mandando la primera vez.

¿En ese otro cuarto mejora el trato para los secuestrados?

No, más bien empeora porque exigen más dinero, a uno lo tienen solo en ropa interior pero cuando uno pasa a ese cuarto ya hasta lo golpean a uno.

¿Con qué les pegan?

Con palos y tablas

¿En ese cuarto, ustedes pueden caminar libremente o los mantienen amarrados?

No nos amarran pero no tenemos permiso de movernos, aunque algunos de los secuestrados sí lo pueden hacer

¿Cómo logró fugarse?

Fue un 4 de enero a las 4:30 de la mañana, estudiamos los movimientos de los guardias.

Nosotros vimos que ese día solo habían cuatro guardias para unas ciento cincuenta personas, por lo que en la madrugada lo hicimos. Salimos en calzoncillos.

¿Qué hicieron cuando salieron de la casa?

Comenzamos a pedir jalón y cuando un carro se paró le contamos que habíamos estado secuestrados entonces nos llevaron a donde los militares, ya que son los únicos que no están vendidos con ellos, para que pusiéramos la denuncia en una jefatura militar.

¿Qué pasó cuando hablaron con el jefe de los militares?

Le dimos la dirección de la casa pero cuando llegaron no había nadie pero agarraron a uno de los guardias de la casa.

El guardia les dijo donde tenían a la gente y rescataron a 188 migrantes y capturaron a 14 secuestradores.

¿Ha dormido bien después de esta experiencia?

No, yo no dormía ni comía sentía miedo y todavía lo siento.

Volvería a realizar el viaje a Estados Unidos? Jamás. (Contesta de inmediato, de manera contundente y con sus ojos humedecido).

Elheraldo.hn

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